Mi mejor amigo no me invitó a su fiesta de cumpleaños.
Hoy me lo encontré a la salida del anden del metro.
Lo reconocí por su incomparable y repetitivo polerón negro a finas rayas blancas.
Lo llamé por su nombre y se volteó.
Le di un abrazo por su cumpleaños recientemente ayer, y también, porque no lo veía hace tiempo.
Me lo agradeció y continuamos conversando hasta llegar al paradero.
Le propuse que saliéramos algún día por ahí y el aceptó con una sonrisa, prometiendome que me avisaría pronto.
En la noche, mi amiga me pregunta directamente "¿Vas?", a lo que yo respondo: "¿A que?"
Ella me dice "Al cumpleaños de tu mejor amigo".
"No me dijo nada, no me invito al parecer".
"Creo que la cagué".
"No me dijo nada, no me invito al parecer".